Joao Havelange, ha fallecido este martes a la edad de 100 años, fue responsable directo de convertir el fútbol en un espectáculo planetario pero también se vio relacionado con diversos casos de corrupción en la FIFA.
Joao Havelange se presentó a la presidencia de la FIFA, en 1974 con una frase célebre: «Soy un vendedor de un producto llamado fútbol». El dirigente brasileño lo hizo seis años antes de que Juan Antonio Samaranch llegara a la cúpula del Comité Internacional Olímpico (CIO). Havelange y Samaranch compartían una línea de actuación acerca del rumbo que debía tomar el deporte, especialmente en lo que se refería a su comercialización. Ambos, junto al italiano Primo Nebiolo, ex presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), conformaron un ‘lobby’ que rompió con el dominio anglosajón del deporte internacional, contrario tradicionalmente a la profesionalización. Joao Havelange sucedió precisamente a sir Stanley Rous.
El brasileño, que compitió en las pruebas de natación en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, fue uno de los principales artífices para la designación de Río de Janeiro como sede olímpica pero no asistió a la ceremonia de inauguración el pasado 5 de agosto en el estadio Maracaná.
Havelange renunció en 2011 a su condición de miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) y en abril de 2013 a su puesto de presidente honorario de la FIFA, a raíz del escándalo surgido por la revelación de que recibió sobornos pagados por la empresa de marketing deportivo ISL en la década de 1990.
Como datos adicionales cabe destacar que el estadio del Botafogo, que en la actualidad celebra la competición de atletismo de los Juegos Olímpicos de Río, lleva su nombre y que nació el 8 de mayo de 1916 en Río de Janeiro (Brasil) y falleció el 16 de agosto de 2016 también en Río de Janeiro.